No hay nada más lindo que poder contar con un amigo o un familiar y sentir que
podemos hablar de todo, sin reservas. Un amigo siempre quiere lo mejor para el
otro, pero en ciertos temas, a veces, no sabe cómo ayudarle y puede dar consejos
influenciados por experiencias de su propia vida que no son beneficiosos para su
vida.
Por lo tanto, nos damos cuenta de que necesitamos de otro tipo de ayuda, de algo más profesional- algo como buscar terapia. Algunas preguntas frecuente son:
• ¿Vale la pena invertir mi tiempo en una terapia?
• ¿Vale la pena invertir mi dinero?
• ¿Qué beneficios obtendré?
Asistir a terapia es mucho más que simplemente hablar de las cosas que nos
pasan. Es aprender a conocernos y entender lo que nos pasa en formas que no lo
podemos hacer con un amigo. Es comenzar a entender como nuestros
pensamientos, nuestros comportamientos, y nuestras creencias impactan el día a
día, afectando nuestra capacidad de pensar y tomar decisiones en forma más
objetiva e informada. Este tipo de exploración, no se puede lograr con alguien
cercano. Por lo tanto, un consejero profesional puede ser la persona óptima para
ayudarle.
Ahora veamos lo que un consejero profesional puede ofrecer a diferencia de un familiar o amigo:
• Un consejero o terapista es un profesional que ha estudiado sobre la conducta humana y los procesos mentales por más de 6 años preparándose para ayudarle.
• Le ofrecerá apoyo en función de identificar un resultado que sea el más adecuado para usted. Un amigo puede ofrecerle apoyo o consejo en función de lo que haría si estuviera en su posición, o influenciado por sus experiencias pasadas.
• El profesional es un oyente hábil que nos ayuda a descubrir lo que hay detrás de lo visible, de nuestros mecanismos de defensa, de nuestros prejuicios, de nuestra capacidad para hacer frente a nuestros desafíos.
• Es consistente y trabaja con usted en las metas que ambos han establecido. Con un amigo a veces sentimos que hablamos siempre de lo mismo una y otra vez, pero no encontramos resolución a lo que necesitamos.
• Los amigos podrán escucharle, siempre y cuando puedan hacerlo. No hay una obligación diaria ni semanal. Sin embargo, estar en terapia implica el compromiso de que se llevaran a cabo sesiones regulares, con el tiempo necesario para trabajar en las metas establecidas.
• Con una consulta online, el contacto con su consejero es más sencillo porque ni siquiera tiene que salir de casa. Las sesiones regulares permiten retomar el tema en la próxima sesión, por lo que hay un seguimiento del caso.
• El consejero aceptará sus experiencias y caminara con usted a su ritmo; es una experiencia donde no se juzga y no se condena, y todo se trata de usted.
• Con amigos y familiares a veces nos sentimos juzgados o presionados y a veces se termina hablando más de ellos que de usted.
• Otra muy clara diferencia entre los dos tipos de ayuda es que las conversaciones con los amigos o familiares no necesariamente son confidenciales, algo que sí está garantizado en la terapia excepto en casos específicos que se discuten con usted.
• A diferencia de un amigo, el consejero no se limitará a confirmar sus pensamientos y comportamientos. Sera objetivo y buscará explorar y desafiar sus reflexiones para que pueda sanar, crecer y encontrar paz.
Es importante recordar que de ninguna manera es la intención descalificar o desvalorizar
la relación y el apoyo de familiares y amigos. Sin ellos, nuestra vida estaría vacía y hoy
queremos decir gracias por estar presente, ¡por saber que podemos contar con ellos!
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